jueves, 15 de abril de 2010

Elmero 3- Tibian 0

La última escaramuza de Nansalmar se saldó con un resultado más que satisfactorio. Tanto en número de capturas como en variedad y calidad. El Garbí ese dia soplaba con fuerza, un poco escondido entre el levante, pero Garbí sin duda. De hecho, en cuanto el Sol dejó de alimentarlo desapareció rápidamente y sólo quedó un levante flojito, muy útil para que Nansalmar se dejase llevar por encima de la roca elegida ese dia.

Empezó la romería de hierros y no tardó mucho en picar el primer pez. Un pargo que rondaba el kilo y volvió por donde vino tan campante, es increíble cómo estos espáridos son capaces de sobreponerse a la descompresión que tanto afecta a sus primos los dentones y las samas. Enseguida, un dentón de unas 7 libras según la pinza del boga decidió que aquel plomo pintado de plata y amarillo le estaba tocando las narices ya, y terminó posando para la posteridad antes de seguir el mismo camino que el pargo.



Vendió caras sus escamas, y eso ayudó a que la subida a la superfície fuese lenta y le diese tiempo a descomprimirse mínimamente, por lo que pudo volver al fondo una vez liberado, no sin esfuerzo.

Turno de Tibian, que clava a Elmero (un Epinephelus marginatus que calculamos que debe pasar las cuarenta libras) por tercera vez, y por vez tercera lo pierde. La novedad es que esta vez no mordisqueó el bajo, ni partió la caña. Simplemente se enrocó, tan profundo que el trenzado tocó la piedra con el consiguiente resultado.

Un doblete cerró la cuenta de ese dia. Dos bonitos dentex, uno de ellos una hembra ovada que por supuesto fué devuelta y vendría a pesar los cinco y poco kilos. Picó con un sistema que está dejando de ser excepción en la Nansalmar: Cuando una caña canta picada, la otra corre a mover el señuelo lo más cerca posible de donde presume pueda estar el pez, buscando el doblete con los congéneres que se acercan a ver "qué narices le pasa a ese". Qué cosas...

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